Cómo aprender
inglés, o perfeccionarlo, sin apenas gastar dinero
He aquí unos cuantos links y
consejos para aprovechar los inmensos recursos que, de modo mayoritariamente
gratuito, ofrece Internet para mejorar nuestro conocimiento –habitualmente
insuficiente- del inglés.
Posiblemente, muchas personas habrán padecido el mismo
problema que yo, y el cual no es otro que el de haber dedicado años y años de
un modo disperso, y quizás incoherente, al aprendizaje del inglés. Es por este
motivo por el que lo primero que recomendaría es preparar y hacer exámenes de
ensayo (mock exams) de cualquiera de las instituciones o centros que
certifican el nivel de un idioma (que en Europa serían, de menor a mayor, A1,
A2, B1, B2, C1 y C2). Pongamos que, por ejemplo, optamos por el First
Certificate (equivalente al nivel B2, el que permite a un estudiante
matricularse en una universidad extranjera). En Youtube tenemos los
ejercicios de audio (listening exercices) de todos los niveles. En el
caso del First, basta con dirigirse, por ejemplo, a https://www.youtube.com/watch?v=ZNgoxd547f0. Aquí
tenemos lo siguiente: Listening B2, FCE Practice
2015, Test 1, Part 1. En la parte izquierda de la pantalla aparecen los vídeos
correspondientes al resto de los ejercicios de listening. El libro del
que proceden se localiza en la parte inferior, cuyo link es este: http://www.mediafire.com/file/wy36qp1sx9eepc7/FCE+Practice+Tests+2015.pdf
En este libro tenemos cuatro exámenes completos del First,
cuya realización -de cada uno de ellos- nos llevará un mínimo de tres horas, a
las que habría que añadir el tiempo que empleemos en su corrección, la cual
aparece al final del libro. En la red, podemos encontrar los libros de los exámenes
más antiguos. Los más nuevos pueden adquirirse en cualquier librería por un
módico precio.
De entre todos estos ejercicios, hay dos que
requieren ineludiblemente contar con un profesor que nos pueda ayudar. Se trata
de los ejercicios de escritura y de los consistentes en hablar (writing
y speaking, respectivamente). Para solucionar este problema, lo que yo
he hecho ha sido entrar en la web de Verbling. Se trata de una página
que ofrece cientos de profesores de inglés –con una amplia diversidad de
precios- cuyas clases se hacen a través de la web de Verbling. Es un sistema similar
al hangout de Google o a Skype. No hay problema alguno en subir
un texto de manera que sea corregido interactuando con nuestro profesor.
Esta sería, digamos, la parte más académica de
nuestro aprendizaje o puesta al día. Más allá de estos mock exams,
tenemos una variedad casi infinita de recursos para ampliar nuestro
conocimiento del inglés y, de paso, de cualquier materia que pudiera
interesarnos.
En lo que se refiere a los textos, existe la
posibilidad de leer prensa de calidad gratuitamente –aunque alguna contribución
económica siempre se agradecería-. Este sería el caso, entre otros, de
periódicos británicos como The Guardian o The Independent. Sin duda, su lectura
es un buen modo de estar al tanto no solo de la actualidad, sino del uso actual
y cotidiano del inglés. Algunos de los artículos publicados en The Guardian
son traducidos por eldiario.es. El diario El País cuenta con una
pequeña sección llamada El País in English en la que se puede encontrar
la traducción de artículos originalmente escritos en español. Esto permite
hacer ejercicios de traducción partiendo del texto en inglés y traducirlo al
castellano, para compararlo con la traducción de eldiario.es o partiendo
de su traducción al castellano traducirlo al inglés (traducciones directa e
inversa). Esto mismo se puede hacer con libros o poemas de los que tengamos las
versiones inglesa y española. Antes de abandonar la prensa, no puedo dejar de
citar la posibilidad de suscribirse a los artículos de opinión del New York
Times por tan solo 4,5€ al mes (se puede ver un máximo de diez artículos al
mes sin pagar absolutamente nada, pero puedo asegurar que merece la pena leer
un mínimo diario de dos o tres artículos de este tipo).
En lo que se refiere a los libros, la web meetup
ofrece la posibilidad de incorporarse a grupos de personas que se dan cita una
vez al mes para comentar un libro previamente seleccionado. Se trata de grupos
en los que fácilmente la mitad de sus miembros son angloparlantes nativos que
se reúnen en algún pub en horas en las que hay poca clientela (el coste no va
más allá de hacer un par de consumiciones). Algunas bibliotecas públicas
organizan clubes de lectores.
De entre los diccionarios en red, quizás el más
recomendable sea Wordreference. Si lo que se desea es encontrar la
traducción de frases enteras, la opción es Linguee. Si lo que se busca
es la etimología de una palabra, se puede recurrir a https://www.etymonline.com/search?q=best . Si el uso de una palabra wordinasentence.com. Los
diccionarios monolingües son una muy interesante opción.
Para desarrollar nuestra capacidad de
comprensión oral hay una ingente y creciente cantidad de recursos. Las charlas TEDtalks
–cuya duración no va más allá de los veinte minutos- son una fuente de
conocimiento impagable. En su página oficial hay más de una decena de idiomas
para los subtítulos. Todas las series televisas pueden merecer la pena. Mi
consejo sería optar por aquellas en las que continuamente se está dialogando y
cuyo léxico sea particularmente variado y rico. Mis favoritas son Frasier,
Yes Minister y Yes, Prime Minister. En la primera prepondera un
lenguaje culto, aunque, gracias a la diversidad de personajes, aparecen
diferentes códigos lingüísticos. Las otras dos son una parodia hilarante del
código lingüístico elaborado de la clase dominante británica. Creo que todos
los episodios están disponibles en Youtube. En todo caso, los DVDs están
a la venta. Otras series podrían ser Big Bang Theory, Cheers o Friends.
Ni qué decir tiene que lo aconsejable,
si se ha de recurrir a los subtítulos, es que estos sean en inglés. Algunas
plataformas, como Movistar, permiten elegir el idioma de los subtítulos.
Los textos con los subtítulos de estas series son fácilmente localizables en la
red. Para ello basta con escribir el nombre de la serie y las palabras script
o transcript.
Creo que no puede aprenderse un idioma sin
reírse con él. A mí me gustan especialmente los stand-up comedians
británicos. Se nota que muchos de ellos (pienso en Rowan Atkinson –para muchos,
Mr. Bean- o John Cleese) se han formado en las mejores universidades de
su país. Mi favorito es Eddie Izzard (quien además es capaz de hacer ingeniosos
monólogos en un entrañable y chapucero francés y español). A él, claro está,
añadiría -además de los mentados Atkinson y Cleese- a Jimmy Carr, Ricky
Gervais, Russell Brand y un largo etcétera (la lista se puede ampliar
simplemente escribiendo en un buscador “best British stand-up comedians”).
Y, siguiendo con el humor, no puedo dejar de citar programas de actualidad del
tipo Late Motiv de Buenafuente. Destacaría, entre otros, los de
Stephen Colbert, Trevor Noah y John Oliver.
En lo que
se refiere a las películas, las más recomendables son las basadas en diálogos
(las adaptaciones de obras de teatro son una apuesta segura).
En cuanto a la música, artistas
como Bob Dylan o Leonard Cohen son una fuente inagotable de bellas expresiones
y de un léxico variado.
Las diferentes emisoras de radio
ofrecen podcasts de sus emisiones. BBC4 puede ser una buena opción.
También cabe la posibilidad de bajar en MP3 el audio de los vídeos de Youtube.
Para
mejorar la pronunciación de modo pasivo, lo más recomendable son los vídeos Daily
pronunciation disponibles en Youtube. Para hacerlo de modo activo,
hay, como mínimo, dos webs, dictation.io y speechlogger, que transcriben lo que
decimos en voz alta. Aunque no funcionan de un modo del todo preciso, es todo
un desafío ver de qué manera se transcribe nuestro discurso.
Y, claro está, irse a un país de
habla inglesa y desenvolverse en un escenario en el que no quede más remedio
que hablar inglés es la vía más rápida y eficaz para dominar este idioma.
Nada más. Espero que con este
texto haya puesto mi grano de arena en lo que podría ser un nuevo movimiento de
renovación del aprendizaje y de liberación del tostón escolar al que, siguiendo
la estela de los últimos trabajos de Fernández Enguita, podríamos llamar “menos
aula y más escuela” o “menos aula y más educación” o “teacher, leave the
kids alone (at least just a little bit)”. También sería una propuesta
similar a de la clase invertida (flipped classroom). La gente puede
aprender mucho por su cuenta y el papel del profesor se verá reforzado cuando
se convierta en un agente que ayude a impulsar y a completar los aprendizajes.