sábado, 24 de octubre de 2015

La religión en la escuela

Con la Iglesia hemos topado.
Unos apuntes en torno al debate sobre la enseñanza de las religiones.

         Una vez más se vuelve a plantear el inacabable debate sobre la presencia de la catequesis –que no meramente de la religión católica y, desde noviembre de 1992, de otras tres religiones- en la escuela española. El artículo 27 de la Constitución establece que los padres podrán elegir la formación religiosa y moral que desean para sus hijos. Tal precepto se ha desarrollado de diversas maneras en la legislación ordinaria y siempre ha implicado la posibilidad de elegir la catequesis dentro del horario escolar. Esto último ha planteado el problema de qué deben hacer aquellos alumnos que no cursan Religión Católica. En su momento se les forzó a estudiar Ética, lo que daba a entender que esta era una cuestión cuyo conocimiento no era preciso para los catecúmenos. Durante los gobiernos del PSOE se estableció que en lugar de Ética se dedicarían a una cosa –no se me ocurre mejor nombre- llamada Actividades Alternativas. No tardó mucho la Iglesia en protestar: si tales actividades implicaban contenidos curriculares, esto supondría poner en situación de ventaja al alumnado que no optase por la catequesis. Es un tema de difícil solución. ¿Qué actividad puede hacerse en la escuela que no incida en los contenidos curriculares? Si, en el peor de los casos, la  Alternativa consiste en que el alumno caliente una silla, se podría sospechar que este dispone de dos horas más de estudio que los catecúmenos.
         Ahora, y después de tantos años, parece que el PSOE se decide a plantear que lo mejor es que la Religión se imparta en la escuela pero fuera del horario escolar. Sobre el papel, quizás esta sería la mejor solución. Sin embargo, me temo que no va a ser así y menos aún con un líder tan dado al diletantismo como Pedro Sánchez. La escuela pública –tanto en Primaria como en Secundaria- funciona en régimen de jornada continua. ¿Alguien se imagina cuántas familias van a dejar a su hijo en la escuela Primaria de dos a tres de la tarde? ¿O, en el caso de que haya comedor escolar, lo dejarían de cuatro a cinco? En Secundaria esta opción supondría añadir un par de horas más a una ya de por sí sobrecargada jornada escolar.
Además conviene no olvidar, nos guste o no, que en Primaria –no así en Secundaria- la mayoría de las familias, por razones que habría que investigar, elige Religión Católica. ¿Se atrevería algún gobierno a perjudicar de este modo a esa mayoría? Téngase en cuenta que, en Primaria, el 65% del alumnado cursa Religión Católica. Las diferencias regionales son tremendas. Mientras que en feudos tradicionales del PSOE -como Extremadura y Andalucía- cerca del 90% del alumnado se encuentra en tal situación (lo que afianza mi escepticismo con respecto a las propuestas de este partido), en Euskadi solo lo hace el 30%  y en Cataluña un magro 23% (dato, este último, que contribuiría a reforzar la idea de que Cataluña no es España). Este porcentaje del 65% de familias que optan por el catolicismo coincide con el de españoles (64,1%) de entre 35 y 44 años (más o menos la edad de casi todos los padres y madres del alumnado de primaria) que se declara católico. Cuestión aparte es que de este 64,1% la mayoría (el 68,2%) declara no acudir casi nunca a misa (es decir, católicos no practicantes).
         Tal y como está el patio, mi propuesta, que ya anticipo no gustará a los laicistas, es que la religión continúe como materia optativa dentro del horario escolar y que su evaluación no compute en el expediente escolar.
         Estoy totalmente en desacuerdo con la supuestamente conciliadora idea de sustituir todas las enseñanzas catequéticas por una nueva asignatura dedicada a la historia de las religiones. Me sorprende que esta propuesta la haga un partido como Ciudadanos cuyo interés, según tenía entendido, era el de centrarse en cuestiones de mayor enjundia como los idiomas, la capacidad de expresarse en público, la creatividad (me da que todo esto es mera cháchara electoralista). Si hay algo que no se debería hacer en nuestra escuela -y esto va también por la Educación para la Ciudadanía- es añadir más asignaturas, salvo que eliminemos previamente otras. Por otro lado, y este ya es otro debate, tendríamos que plantearnos la misma existencia de las asignaturas y empezar a trabajar por proyectos de investigación. En todo caso, ¿por qué privilegiar en el ámbito de la historia la de las religiones? Con las mismas, se podría pedir una historia de los Estados, de la tecnología, de los conflictos bélicos o (y esto haría las delicias de los foucaultianos) de la sexualidad.

Adenda. Datos procedentes del barómetro de enero de 2015 del CIS.
Pregunta 29 
¿Cómo se define Ud. en materia religiosa: católico/a, creyente de otra religión, no creyente o ateo/a?

TOTAL
Edad de la persona entrevistada


De 18 a 24 años
De 25 a 34 años
De 35 a 44 años
De 45 a 54 años
De 55 a 64 años
65 y más años
Católico/a
69,3
52,4
49,9
64,1
70,4
79,5
88,4
Creyente de otra religión
1,9
1,4
2,4
2,4
1,9
1,5
1,7
No creyente
16,0
28,8
26,7
16,2
15,7
12,3
5,0
Ateo/a
10,3
14,4
17,9
14,4
9,6
4,7
3,2
N.C.
2,5
2,9
3,1
3,0
2,3
2,1
1,7
(N)
(2.481)
(208)
(419)
(507)
(470)
(341)
(536)


[PROCEDE DE P29.] 
SÓLO A QUIENES SE DEFINEN EN MATERIA RELIGIOSA COMO CATÓLICOS/AS O CREYENTES DE OTRA RELIGIÓN 
(1 ó 2 en P29)
(N=1.767)
Pregunta 29a 
¿Con qué frecuencia asiste Ud. a misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales?

TOTAL
Edad de la persona entrevistada


De 18 a 24 años
De 25 a 34 años
De 35 a 44 años
De 45 a 54 años
De 55 a 64 años
65 y más años
Casi nunca
60,8
81,2
80,4
68,2
63,2
61,2
40,2
Varias veces al año
16,2
8,9
9,6
15,7
15,6
20,7
19,0
Alguna vez al mes
8,4
1,8
5,0
7,1
8,5
8,7
12,0
Casi todos los domingos y festivos
11,9
5,4
3,2
6,5
10,3
7,2
25,1
Varias veces a la semana
1,8
0,9
1,4
1,2
1,5
1,1
3,3
N.C.
0,8
1,8
0,5
1,2
0,9
1,1
0,4
(N)
(1.767)
(112)
(219)
(337)
(340)
(276)
(483)






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